Hoy también os voy a contar algo sobre la cultura de México, os voy a hablar del Balché, una bebida ceremonial de los mayas, la preparaban las mujeres pero sólo la podían tomar los hombres....espero que os guste.
Sólo tengo dos fotos y malas, las hice en 1999 en el Museo de Antropología de México, pero en aquella época todavía no existián las cámaras digitales y mi manejo de la cámara era muy básico, como además no se podía usar flash y la iluminación ambiente era muy poca, pues el resultado de estas fotos que son de la escenificación de la ceremonia del balché, después de escanearlas y hacer lo que he podido para salvarlas con ps es lo que véis. Luego he buscado por la web alguna foto del árbol y sus flores, son las que están en pequeño. En su día intenté buscar información sobre esta ceremonia y no encontré nada asi que escribí al Museo para que me mandara información y es la que os transmito, actualmente he visto que ya hay algo de información sobre este tema por la red.
Sólo tengo dos fotos y malas, las hice en 1999 en el Museo de Antropología de México, pero en aquella época todavía no existián las cámaras digitales y mi manejo de la cámara era muy básico, como además no se podía usar flash y la iluminación ambiente era muy poca, pues el resultado de estas fotos que son de la escenificación de la ceremonia del balché, después de escanearlas y hacer lo que he podido para salvarlas con ps es lo que véis. Luego he buscado por la web alguna foto del árbol y sus flores, son las que están en pequeño. En su día intenté buscar información sobre esta ceremonia y no encontré nada asi que escribí al Museo para que me mandara información y es la que os transmito, actualmente he visto que ya hay algo de información sobre este tema por la red.
Los mayas han vivido desde siempre en un mundo sacralizado, opuesto al mundo profano. Los mayas buscan lo subjetivo, el misterio de las cosas, lo que no se ve pero que es lo real, es lo simbólico. Todas sus relaciones con la naturaleza, trabajo, sexualidad tienen un sentido sagrado, incluso el hecho de alimentarse no es una cuestión puramente orgánica o "natural" sino sacra. Así, existían entre ellos alimentos y bebidas que son objetos simbólicos, sobre todo los relacionados con sus ceremonias. El balché, "vino sagrado" producto de la corteza de un árbol, y el saká, "pozol sagrado"; árbol y maíz, plantas sagradas, significan vida y fertilidad, eran y son utilizadas aún hoy en día en las ceremonias como ofrendas para pedir ayuda y dar gracias al Dios Chaak por la lluvia en la milpa y la protección de los animales.
Las bebidas sagradas entre los mayas:
Para los mayas, el hecho de alimentarse no era una cuestión puramente orgánica o "natural" sino sacra, existían entre ellos alimentos y bebidas que son objetos simbólicos, sobre todo los relacionados con sus ceremonias.
Entre las bebidas relacionadas con sus ceremonias tenemos dos básicas; el balché que era la más utilizada, como hasta ahora, en las ceremonias mayas, y el saká, en segundo plano. Se consideran simbólicas por su contenido "puro" y "natural", el balché era preparado de la corteza de un árbol con agua "virgen", y el saká, con maíz, e igual, agua "virgen". Árbol y maíz, productos naturales y sagrados entre los mayas; el árbol simboliza la vida, la juventud, la inmortalidad, la sabiduría. Dicho de otra manera: "el árbol ha llegado a expresar todo lo que el hombre religioso considera real y sagrado por excelencia, todo cuanto saben que los dioses poseen..." (Eliade, 1967:146.). El maíz, como todas las plantas que se consideran sagradas debe su situación privilegiada al hecho de encarnar el arquetipo, la imagen ejemplar de la vegetación, por otra parte, es su valor religioso lo que hace que una planta se cuide y cultive, además el maíz estaba relacionado con la fertilidad.
El balché
El balché, era y es la bebida sagrada por excelencia de los mayas, la consumida en todas las ceremonias mayas. Thompson (1998), afirma que, "El Dios del balché, según el diccionario de Motul, Acán es Dios del vino, nombre que aplicaron al balché los primeros autores. Acán significa; entre otras cosas, "bramar", y quien quiera haya oído las voces de los mayas borrachos podría sentirse inclinado a establecer la relación. Es probable que los dioses de los apicultores fueran también patronos del balché, ya que éste es miel fermentada con adición de corteza del árbol llamado balché (Thompson, Op.cit:1998:376).
Pero sobre todo, el balché es un vino preparado con la corteza de un árbol del mismo nombre, su preparación es como sigue: se pone a hervir la corteza del árbol para quitarle lo amargo, después se pone ha secar para posteriormente hervir con agua virgen, de cenote o de río no contaminado, para que la corteza "suelte" la esencia y el color, hay quien lo deja de dos a tres días para que fermente, algunos suelen agregarle miel (también hay quien le agrega azúcar o aguardiente). Tiene un color rosa pálido y un sabor dulce. Se sirve en jicaritas y se distribuye entre todos los que participan en la ceremonia. Es importante remarcarlo, que solo se consume en las ceremonias, pues es sagrado, incluso está el Dios del Balché.
Para los mayas, el hecho de alimentarse no era una cuestión puramente orgánica o "natural" sino sacra, existían entre ellos alimentos y bebidas que son objetos simbólicos, sobre todo los relacionados con sus ceremonias.
Entre las bebidas relacionadas con sus ceremonias tenemos dos básicas; el balché que era la más utilizada, como hasta ahora, en las ceremonias mayas, y el saká, en segundo plano. Se consideran simbólicas por su contenido "puro" y "natural", el balché era preparado de la corteza de un árbol con agua "virgen", y el saká, con maíz, e igual, agua "virgen". Árbol y maíz, productos naturales y sagrados entre los mayas; el árbol simboliza la vida, la juventud, la inmortalidad, la sabiduría. Dicho de otra manera: "el árbol ha llegado a expresar todo lo que el hombre religioso considera real y sagrado por excelencia, todo cuanto saben que los dioses poseen..." (Eliade, 1967:146.). El maíz, como todas las plantas que se consideran sagradas debe su situación privilegiada al hecho de encarnar el arquetipo, la imagen ejemplar de la vegetación, por otra parte, es su valor religioso lo que hace que una planta se cuide y cultive, además el maíz estaba relacionado con la fertilidad.
El balché
El balché, era y es la bebida sagrada por excelencia de los mayas, la consumida en todas las ceremonias mayas. Thompson (1998), afirma que, "El Dios del balché, según el diccionario de Motul, Acán es Dios del vino, nombre que aplicaron al balché los primeros autores. Acán significa; entre otras cosas, "bramar", y quien quiera haya oído las voces de los mayas borrachos podría sentirse inclinado a establecer la relación. Es probable que los dioses de los apicultores fueran también patronos del balché, ya que éste es miel fermentada con adición de corteza del árbol llamado balché (Thompson, Op.cit:1998:376).
Pero sobre todo, el balché es un vino preparado con la corteza de un árbol del mismo nombre, su preparación es como sigue: se pone a hervir la corteza del árbol para quitarle lo amargo, después se pone ha secar para posteriormente hervir con agua virgen, de cenote o de río no contaminado, para que la corteza "suelte" la esencia y el color, hay quien lo deja de dos a tres días para que fermente, algunos suelen agregarle miel (también hay quien le agrega azúcar o aguardiente). Tiene un color rosa pálido y un sabor dulce. Se sirve en jicaritas y se distribuye entre todos los que participan en la ceremonia. Es importante remarcarlo, que solo se consume en las ceremonias, pues es sagrado, incluso está el Dios del Balché.
El balché tenía dos usos básicos entre los mayas:
1) purificaba
2) producía ciertos estados de conciencia
En el primer uso, se dice que el balché ayudaba a purificar a la persona para poder estar en la ceremonia, era la pureza ritual requerida, de ahí la necesidad de que el agua para preparar el balché fuera "virgen", además dice Thompson, que el balché ayudaba a la pureza por ser purgativo, el hombre se limpiaba.
Entre los mayas de Chiapas, de mediados del siglo pasado, cuentan que, "El Balché tiene cualidades medicinales, produce un efecto laxante. Felipe me contó que un día Chan K´in tenía una infección intestinal que ningún remedio había curado, tomó entonces la bebida sagrada y sanó al otro día. De cualquier manera, es menos malo que el aguardiente. Que han introducido los ladinos. Es menos fuerte y debe tomarse exclusivamente en los rituales religiosos" (Duby, 1955:47).
En el segundo caso, para los mayas la naturaleza poseía innumerables misterios que no se mostraban en el mundo visible pero que eran tan reales como estos, a los que el hombre sólo podía acceder en estados especiales de conciencia.
Entre los mayas eran utilizadas sustancias psicotrópicas o bebidas alcohólicas como el balché para estimular la conciencia o que permitieran entrar en trance con ellas; "Los hongos y plantas capaces de provocar esos estados de conciencia, o, en la concepción indígena, de permitir al espíritu transponer los umbrales hacia otras dimensiones de la realidad, se consideraban divinos. En los hongos y las plantas sagradas radican deidades que se integran al hombre que los ingiere, para sacralizarlo y dotarlo de poderes sobrehumanos que lo ayuden a vincularse directamente con los dioses, a ascender al cielo, a bajar al inframundo, a recorrer largas distancias y a conocer las causas ocultas de las cosas." (Garza De la, Op.cit:169). Estas plantas y hongos son considerados divinos pues permiten pasar de un estado profano a uno sagrado, mediante ellas se adquieren poderes sobrenaturales que permiten percibir lo invisible, lo mágico. El poder de estas plantas y hongos es tal que para cualquiera que las ingiera sin conocimiento puede ser mortal, sólo los chamanes que son "los que saben ver", "los sabios", las pueden manejar.
Así, el balché permitía estar en el mundo sagrado, trascender, entrar en contacto con lo que no podemos ver o tocar en el mundo profano, permitía estar en lo real, tratar de descifrar el misterio que encierra la naturaleza.
Hoy en día el balché, es la bebida sagrada más consumida en las ceremonias y por lo tanto la más conocida, incluso para muchos mayas sólo existe esa bebida sagrada.
1) purificaba
2) producía ciertos estados de conciencia
En el primer uso, se dice que el balché ayudaba a purificar a la persona para poder estar en la ceremonia, era la pureza ritual requerida, de ahí la necesidad de que el agua para preparar el balché fuera "virgen", además dice Thompson, que el balché ayudaba a la pureza por ser purgativo, el hombre se limpiaba.
Entre los mayas de Chiapas, de mediados del siglo pasado, cuentan que, "El Balché tiene cualidades medicinales, produce un efecto laxante. Felipe me contó que un día Chan K´in tenía una infección intestinal que ningún remedio había curado, tomó entonces la bebida sagrada y sanó al otro día. De cualquier manera, es menos malo que el aguardiente. Que han introducido los ladinos. Es menos fuerte y debe tomarse exclusivamente en los rituales religiosos" (Duby, 1955:47).
En el segundo caso, para los mayas la naturaleza poseía innumerables misterios que no se mostraban en el mundo visible pero que eran tan reales como estos, a los que el hombre sólo podía acceder en estados especiales de conciencia.
Entre los mayas eran utilizadas sustancias psicotrópicas o bebidas alcohólicas como el balché para estimular la conciencia o que permitieran entrar en trance con ellas; "Los hongos y plantas capaces de provocar esos estados de conciencia, o, en la concepción indígena, de permitir al espíritu transponer los umbrales hacia otras dimensiones de la realidad, se consideraban divinos. En los hongos y las plantas sagradas radican deidades que se integran al hombre que los ingiere, para sacralizarlo y dotarlo de poderes sobrehumanos que lo ayuden a vincularse directamente con los dioses, a ascender al cielo, a bajar al inframundo, a recorrer largas distancias y a conocer las causas ocultas de las cosas." (Garza De la, Op.cit:169). Estas plantas y hongos son considerados divinos pues permiten pasar de un estado profano a uno sagrado, mediante ellas se adquieren poderes sobrenaturales que permiten percibir lo invisible, lo mágico. El poder de estas plantas y hongos es tal que para cualquiera que las ingiera sin conocimiento puede ser mortal, sólo los chamanes que son "los que saben ver", "los sabios", las pueden manejar.
Así, el balché permitía estar en el mundo sagrado, trascender, entrar en contacto con lo que no podemos ver o tocar en el mundo profano, permitía estar en lo real, tratar de descifrar el misterio que encierra la naturaleza.
Hoy en día el balché, es la bebida sagrada más consumida en las ceremonias y por lo tanto la más conocida, incluso para muchos mayas sólo existe esa bebida sagrada.
En Yucatán se bebía balché. El Libro de los Enigmas , que forma parte del Chílam Balam de Chumayel , que recopila parte de las pruebas que el sacerdote principal pone a los jóvenes iniciados, quienes deben descifrar el significado oculto de sus palabras y llevarle aquello que les pide.
Uno de los enigmas es éste:
La preciosa sangre de su hija que le pide es el balché, vino ceremonial de miel; las entrañas de la hija son las bolsitas de miel de colmena y la cabeza de su hija es la nueva olla en que se fermenta el balché. El precioso banco de su hija que se le pide es la piedra fina llamada Couoh, de la miel (¿ámbar?).
Y cuando de las orejas o antenas de Ah Bol, Abeja-montesa-melera-sin-aguijón, se habla, es dar el fermento del balché, y el fémur de la hija son las cortezas del árbol balché que sirven para fermentar el vino balché, y los brazos de la las ramas del árbol del balché, y cuando se le dijo que había llorado, menciona la embriaguez que le viene, cuando se contorsiona y murmura reverencias como corresponde a los grandes señores.
El vino se hace fermentando la corteza, previamente secada al sol, con miel de abeja y agua. La preparación siempre está a cargo de los Ah-men, no de los profanos. Sólo se usa miel pura y agua "virgen", de cenotes o de pozos, pero ha de extraerse de madrugada.
Se usa en rituales agrícolas, para asperjarla hacia los cuatro puntos cardinales. Para purificar, echándoselas en el pico, a las aves que se sacrifican y para tomarlo al final de la ceremonia. Se reparte en algunos festejos públicos religiosos.
Hoy día el balché se produce sólo en la selva lacandona, de los árboles chicos, para que no amargue. La corteza se remoja para ablandarla, se le quita la parte exterior y luego se remoja en las canoas, antes de meterse a fermentar en las ollas. El balché ceremonial se hace con la miel de una abeja particular. Esta miel sólo se utiliza para este fin. Si el balché es para fines no rituales, se puede usar cualquier miel o jugo de caña. Se mezclan con el agua, se añade la corteza y se deja reposar, tapado con hojas de plátano. El balché ritual debe consumirse, todo, en el mismo día; produce graves trastornos, náusea y vómito a hombres y mujeres. Los lacandones hacen ofrendas de pozol, copal y balché en sus ceremonias y tienen plegarias que acompañan la fermentación, ofrenda y consumo de la bebida.
-Hijo mío, tráeme la preciosa sangre de tu hija, su cabeza, sus entrañas, sus fémures y sus brazos que te dije encerraras en la olla nueva y la taparas, y tráeme también el precioso banco de tu hija, enséñamelo, tengo deseos de mirar todo esto; hace tiempo te lo di, cuando ante mí gemiste, cuando en mí estalló tu llanto.
-Así ha de ser, oh padre!, vendré a traerte las antenas de Ah Bol, Abeja-montesa-melera-sin-aguijón, para que se ahuyente.
-Así ha de ser, oh padre!, vendré a traerte las antenas de Ah Bol, Abeja-montesa-melera-sin-aguijón, para que se ahuyente.
La preciosa sangre de su hija que le pide es el balché, vino ceremonial de miel; las entrañas de la hija son las bolsitas de miel de colmena y la cabeza de su hija es la nueva olla en que se fermenta el balché. El precioso banco de su hija que se le pide es la piedra fina llamada Couoh, de la miel (¿ámbar?).
Y cuando de las orejas o antenas de Ah Bol, Abeja-montesa-melera-sin-aguijón, se habla, es dar el fermento del balché, y el fémur de la hija son las cortezas del árbol balché que sirven para fermentar el vino balché, y los brazos de la las ramas del árbol del balché, y cuando se le dijo que había llorado, menciona la embriaguez que le viene, cuando se contorsiona y murmura reverencias como corresponde a los grandes señores.
El vino se hace fermentando la corteza, previamente secada al sol, con miel de abeja y agua. La preparación siempre está a cargo de los Ah-men, no de los profanos. Sólo se usa miel pura y agua "virgen", de cenotes o de pozos, pero ha de extraerse de madrugada.
Kukulkán o Quetzalcoatl
Se usa en rituales agrícolas, para asperjarla hacia los cuatro puntos cardinales. Para purificar, echándoselas en el pico, a las aves que se sacrifican y para tomarlo al final de la ceremonia. Se reparte en algunos festejos públicos religiosos.
Hoy día el balché se produce sólo en la selva lacandona, de los árboles chicos, para que no amargue. La corteza se remoja para ablandarla, se le quita la parte exterior y luego se remoja en las canoas, antes de meterse a fermentar en las ollas. El balché ceremonial se hace con la miel de una abeja particular. Esta miel sólo se utiliza para este fin. Si el balché es para fines no rituales, se puede usar cualquier miel o jugo de caña. Se mezclan con el agua, se añade la corteza y se deja reposar, tapado con hojas de plátano. El balché ritual debe consumirse, todo, en el mismo día; produce graves trastornos, náusea y vómito a hombres y mujeres. Los lacandones hacen ofrendas de pozol, copal y balché en sus ceremonias y tienen plegarias que acompañan la fermentación, ofrenda y consumo de la bebida.
La leyenda del balché:
http://es-blog.hotelenplaya.com/2007/11/07/balche/
Bebida típica que se dice fué creada gracias a una historia de amor entre una joven llamada Sak-Nicté ( Flor Blanca) y un joven guerrero de su misma tribu.
Pero había un inconveniente ya que dada la belleza de esta joven cautivó a un cruel y viejo cacique. Los jóvenes temieron que el viejo los separara y huyeron a la selva del Mayab donde hallaron refugio.
Un día buscando alimento encontraron un panal de abejas del cual extrajeron rica miel y la depositaron en la corteza de un árbol llamado Balché; al anochecer cayó la lluvia y se mezcló con la rica miel dando lugar a una exquisita bebida.
El Cacique se dedicó a buscar a los jóvenes hasta que dió con ellos y al ver el fin muy cerca el joven guerrero le pidió que aceptara una gran comida a lo que el cacique accedió. Se preparó un gran festín y al finalizar éste le ofrecieron la dulce y rica bebida de miel. El cacique quedó extasiado con aquella bebida y decidió dejarlos libres con la condición de que le dieran la receta.
Desde entonces, la miel se utiliza mucho para la preparación de ese delicioso licorcillo fermentado que se comenzó a beber en los rituales.
Pero había un inconveniente ya que dada la belleza de esta joven cautivó a un cruel y viejo cacique. Los jóvenes temieron que el viejo los separara y huyeron a la selva del Mayab donde hallaron refugio.
Un día buscando alimento encontraron un panal de abejas del cual extrajeron rica miel y la depositaron en la corteza de un árbol llamado Balché; al anochecer cayó la lluvia y se mezcló con la rica miel dando lugar a una exquisita bebida.
El Cacique se dedicó a buscar a los jóvenes hasta que dió con ellos y al ver el fin muy cerca el joven guerrero le pidió que aceptara una gran comida a lo que el cacique accedió. Se preparó un gran festín y al finalizar éste le ofrecieron la dulce y rica bebida de miel. El cacique quedó extasiado con aquella bebida y decidió dejarlos libres con la condición de que le dieran la receta.
Desde entonces, la miel se utiliza mucho para la preparación de ese delicioso licorcillo fermentado que se comenzó a beber en los rituales.
http://es-blog.hotelenplaya.com/2007/11/07/balche/
Nombre Científico: Lonchocarpus longistylus Pittier
Nombre común en español: Balché
Nombre común en maya: Balché
Breve descripción de la especie:
Árbol de hasta 10 mts de altura, con follaje denso y redondeado; las flores de color lila-morado muy llamativas, florea de noviembre a enero; los frutos son vainas planas de hasta 10 cm largo por 4 de ancho. Especie endémica de la Península de Yucatán, es usado como ornamental
http://www.yucatan.gob.mx/estado
Nombre común en español: Balché
Nombre común en maya: Balché
Breve descripción de la especie:
Árbol de hasta 10 mts de altura, con follaje denso y redondeado; las flores de color lila-morado muy llamativas, florea de noviembre a enero; los frutos son vainas planas de hasta 10 cm largo por 4 de ancho. Especie endémica de la Península de Yucatán, es usado como ornamental
http://www.yucatan.gob.mx/estado
ÁRBOL SAGRADO Y PLANTAS USADAS EN CEREMONIAS
Yax ché –Ceiba o Pochote (Ceiba Pentandra)– Arbol sagrado que representa el eje del universo, su copa atraviesa los trece planos celestiales y sus raíces se hunden en el inframundo en el cual existen nueve planos.
Balché –(Lochocarpus Violaceus Jacq.)– Se utiliza para elaborar la bebida sagrada que se ofrenda al dios Chàak, a los Yumes, a los Balames y otras entidades sagradas del monte y de la milpa.
Boj –Se utiliza en los altares donde se realiza el ofrecimiento del Cha’a Cháak.
Sipché –Su uso es común en la ceremonia de santiguamiento que llevan a cabo los J-menob.
Ixi’mché –(Casearia Nitida Jacq)- Se usa en las ceremonias de Loj y Cha’a Cháac. Con la madera se hace el arco que se pone detrás del altar, las hojas se usan para tomar un poco de Balché y con las ramas se puede formar la cruz que preside ambas ceremonias.
Xtees –(Celosia Argentea L.)- Tanto ésta ceremonia como el Xk’aan Lol (Senna Uniflora Mill), son utilizadas en los altares de difuntos que se pone el 2 de noviembre.
SIMBOLICA DE LA TRADICION PRECOLOMBINA
http://www.geocities.com/Athens/Atrium/9449/s6agnese.htm
Y por último otra de las bebidas sagradas importantes, el Saká.
El saká: Es para los mayas una bebida sagrada elaborada a base de nixtamal medio cocido. Se utiliza sobre todo para ofrendar a los dioses del monte durante las fases de la milpa (medición del terreno, tumba, siembra, deshierbe y recolección).
Sak: quiere decir maíz. Las bebidas de maíz son sagradas desde siempre, así por ejemplo el mito cosmogónico quiché dice que el hombre fue formado con masa de masa de maíz: "... el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre...moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, así llamados...De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados" (Popol Vuh, 2000:86).
El hombre y su maíz son uno. El hombre cuida de su maíz como cuida de su vida, pide por el maíz en la ceremonias sagradas, ofrenda a los chacs para que caiga la lluvia, espanta a los animales selváticos, erradica las malas hierbas y, sobre todo, le da vida al sembrarlo. En correspondencia, maíz le da alimento a él y a su familia.
En la mayoría de los pueblos mayas aún se práctica la ceremonia del Chá Chaak (Dios de la lluvia), ya que esta relacionada con la siembra del maíz que es la actividad básica de estos pueblos y el saká es la bebida sagrada por excelencia en las ofrendas. También, en los meses de abril a mayo, los campesinos mayas tienen la costumbre de celebrar la ceremonia al Dios Chaak, para pedirle a los dioses de los vientos que los milperos sean favorecidos en sus próximas siembras, en esta ceremonia se preparan varios alimentos sagrados y bebidas sagradas como el saká y el balché.
Por ejemplo en el pueblo maya Polyuc, Municipio de Morelos, Quintana Roo, desde días antes de realizar el brechado se ofrece al Dios Chaak una bebida llamada saká, con el fin de que el campesino no tenga problemas en su trabajo. Solamente él hace el rezo, cuya duración es de 15 minutos aproximadamente. En la época de siembra, se brinda la misma bebida para que la planta crezca bien y pueda cosecharse, en el proceso de ésta se siguen los mismos pasos que el caso anterior. La cosecha del maíz es el último paso que se sigue en el trabajo milpero, por lo tanto se brinda otra bebida del saká con el fin de demostrar al Dios Chaak su gratitud. Además, durante la ceremonia, se derrama saká, enseguida se le rosea tizne y carbón del horno donde se prepararon los alimentos sagrados, no es recomendable brincar o pasar sobre el saká porque tiene sus consecuencias, según dicen los mayas, puedan "agarrar el mal viento", sobre todo las mujeres que durante toda la ceremonia deben permanecer en la cocina, tienen prohibido participar en ella pues eso disgustaría al Dios Chaak.
Otro ejemplo de una comunidad del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, en donde se observa cómo los campesinos ofrendan la bebida del saká en sus rituales en las diferentes etapas de la siembra del maíz. El proceso de la ofrenda sigue estos pasos: se eligen 5 jicaritas de saká, y con una hojita en forma de cuchara, remojada en el mismo, se esparce para bendecir a los cuatro puntos cardinales.
Sak: quiere decir maíz. Las bebidas de maíz son sagradas desde siempre, así por ejemplo el mito cosmogónico quiché dice que el hombre fue formado con masa de masa de maíz: "... el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre...moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, así llamados...De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados" (Popol Vuh, 2000:86).
El hombre y su maíz son uno. El hombre cuida de su maíz como cuida de su vida, pide por el maíz en la ceremonias sagradas, ofrenda a los chacs para que caiga la lluvia, espanta a los animales selváticos, erradica las malas hierbas y, sobre todo, le da vida al sembrarlo. En correspondencia, maíz le da alimento a él y a su familia.
En la mayoría de los pueblos mayas aún se práctica la ceremonia del Chá Chaak (Dios de la lluvia), ya que esta relacionada con la siembra del maíz que es la actividad básica de estos pueblos y el saká es la bebida sagrada por excelencia en las ofrendas. También, en los meses de abril a mayo, los campesinos mayas tienen la costumbre de celebrar la ceremonia al Dios Chaak, para pedirle a los dioses de los vientos que los milperos sean favorecidos en sus próximas siembras, en esta ceremonia se preparan varios alimentos sagrados y bebidas sagradas como el saká y el balché.
Por ejemplo en el pueblo maya Polyuc, Municipio de Morelos, Quintana Roo, desde días antes de realizar el brechado se ofrece al Dios Chaak una bebida llamada saká, con el fin de que el campesino no tenga problemas en su trabajo. Solamente él hace el rezo, cuya duración es de 15 minutos aproximadamente. En la época de siembra, se brinda la misma bebida para que la planta crezca bien y pueda cosecharse, en el proceso de ésta se siguen los mismos pasos que el caso anterior. La cosecha del maíz es el último paso que se sigue en el trabajo milpero, por lo tanto se brinda otra bebida del saká con el fin de demostrar al Dios Chaak su gratitud. Además, durante la ceremonia, se derrama saká, enseguida se le rosea tizne y carbón del horno donde se prepararon los alimentos sagrados, no es recomendable brincar o pasar sobre el saká porque tiene sus consecuencias, según dicen los mayas, puedan "agarrar el mal viento", sobre todo las mujeres que durante toda la ceremonia deben permanecer en la cocina, tienen prohibido participar en ella pues eso disgustaría al Dios Chaak.
Otro ejemplo de una comunidad del Municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, en donde se observa cómo los campesinos ofrendan la bebida del saká en sus rituales en las diferentes etapas de la siembra del maíz. El proceso de la ofrenda sigue estos pasos: se eligen 5 jicaritas de saká, y con una hojita en forma de cuchara, remojada en el mismo, se esparce para bendecir a los cuatro puntos cardinales.
2 comentarios:
sinceramente,maravillosa,historia,siempre,es,bueno,saber,mas,de,lo,que,sabemos,
Gracias por pasarte e interesarte en el relato...un saludo.
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Agradezco mucho vuestros comentarios, siempre es agradable saber que a alguien le interesa lo que publicas...