La playa de San Lorenzo (San Llorenzu en asturiano)
Delicia de los ojos, playa de San Lorenzo,
de este a oeste extendido tu manto de canela;
la mirada perdida en el confín del lienzo
o acariciando el seno sonoro de la vela.
Así, para mis versos cursé el aprendizaje
buscando un equilibrio de belleza madura,
en esta villa nuestra, que aún es casi paisaje
y no tiene dos casas de la misma estatura.
Gerardo Diego, 1922 de este a oeste extendido tu manto de canela;
la mirada perdida en el confín del lienzo
o acariciando el seno sonoro de la vela.
Así, para mis versos cursé el aprendizaje
buscando un equilibrio de belleza madura,
en esta villa nuestra, que aún es casi paisaje
y no tiene dos casas de la misma estatura.
El 3 de junio de 1907 se iniciaba la construcción del Muro sobre el Arenal de San Lorenzo entre la calle Ezcurdia y el puente del Piles. Los gijoneses de entonces no fueron conscientes de que ese día comenzaba una operación urbanística de gran trascendencia, que daría origen a uno de los espacios públicos más conocidos y representativos del Gijón contemporáneo.
Se caracteriza por una arena fina y dorada, y por unas aguas de buena calidad. Se distinguen 3 zonas de baño diferenciadas y vigiladas por salvamento: Escalerona (escalera 4), Centro (escaleras 7-8) y Piles (escalera 12), normalmente la zona de la escalerona es la que presenta mejores condiciones de oleaje para el baño. La gran amplitud de las mareas que se da en esta playa condiciona mucho su anchura, la cual es muy variable dependiendo del estado de la mar y de las corrientes.
Se prolonga durante más de kilómetro y medio desde la escalera nº 0 llamada "La Cantábrica", junto a la Iglesia de San Pedro hasta la escalera número 15 en la desembocadura del rio Piles, no obstante continúa su recorrido hasta el Mayán de Tierra, durante 300 metros más en el área conocida como "El Rinconín", llegando a los 1,8 km. en la escalera 18. El Muro se prolonga de Este a Oeste a lo largo de toda la costa gijonesa, va desde la playa de Poniente hasta el límite con el concejo de Villaviciosa.
Escalera nº 0, La Cantábrica. Llamada así por estar situada en el emplazamiento donde estaba el balneario del mismo nombre. Aún se pueden ver restos del balneario en el Real Club de Regatas. |
Se caracteriza por una arena fina y dorada, y por unas aguas de buena calidad. Se distinguen 3 zonas de baño diferenciadas y vigiladas por salvamento: Escalerona (escalera 4), Centro (escaleras 7-8) y Piles (escalera 12), normalmente la zona de la escalerona es la que presenta mejores condiciones de oleaje para el baño. La gran amplitud de las mareas que se da en esta playa condiciona mucho su anchura, la cual es muy variable dependiendo del estado de la mar y de las corrientes.
Esta foto se la dedico especialmente a mi amigo Pepe, el sufridor de mis carreraas para atrapar la luz del momento. |
En el verano del año 2010 se izó por primera vez la bandera "Ecoplayas" que fue conseguida de nuevo para la temporada 2011. También para el año 2011 se ha conseguido el reconocimiento "Q" de Calidad Turística.
Bajamar. |
La historia de la playa durante el siglo XX no puede desligarse del crecimiento de la ciudad. La acción demoledora del mar, que batía abiertamente sobre Gijón, y la arena impedían la expansión urbana hacia el sureste. El propio Jovellanos fue un visionario en este punto.
El ilustrado, que disfrutaba de frecuentes paseos por el litoral gijonés, había propuesto a la corporación municipal la construcción del muro de contención y tuvo parte decisiva en su realización. El final de las obras, sin embargo, no llegó hasta la primera década del siglo XX.
Panorámica de la playa desde la desembocadura del río Piles. |
A la playa de San Lorenzo se la llama cariñosamente "La playona", se dice de ella que es el gran anfiteatro de la historia de Gijón ya que por ella pasaron los romanos, fue campo de batalla en casi todas las épocas antiguas, zona de juegos para la infancia de Jovellanos (su casa natal está en las inmediaciones del barrio de Cimadevilla) y área de expansión para la ciudad en todas las épocas.
El Paseo del Muro es el paseo de Gijón, el más transitado de todos los rincones de la ciudad. Su historia es algo complicada, fue polémica incluso antes de nacer, las obras se iniciaron en la calle Escurrida y la desembocadura del Piles hace algo más de 100 años, el proyecto fue del arquitecto municipal Miguel García de la Cruz.
En la escalera nº5 hay una placa en la cual se rinde homenaje a cuantas personas intervinieron en su inicio.
La cometa. |
Antecedentes: Los muros de San Lorenzo
La escalera fantasma
Aunque hoy no se perciba, la convivencia entre la ciudad de Gijón y el mar no siempre fue fácil: el Cantábrico supuso durante siglos una molestia constante –cuando no un notable peligro–, al reclamar a la villa el espacio que inmemorialmente había ocupado y que ahora ésta, no sin arrogancia, pretendía hurtarle.
Cada vez que la ciudad, a lo largo de su historia, pretendió extender el casco urbano sobre la lengua de arena que impedía la insularidad del cerro de Santa Catalina, se precisaron murallas, paredones, barbacanas, diques, malecones –denominados de una u otra forma según la época y la fuente documental que se consulte–, generalmente acosados y puntualmente aniquilados por la furia del mar.
Por ello, podemos hablar de varios muros de San Lorenzo antes de la construcción del que tradicionalmente se ha definido así, dando la falsa impresión de tratarse de una única estructura de ejecución sincrónica entre la iglesia de San Pedro y el puente del Piles. Así, el flanco oriental de la fortificación romana y medieval supuso durante mil años el primer muro de la playa San Lorenzo.
Durante los siglos XVI y XVII surge un nuevo perímetro murado al este del Cerro. Sin rebasar su base rocosa, deja atrás ampliamente el antiguo recinto fundacional, gana el cuello del tómbolo y lo convierte permanentemente en tierra firme.
El tramo del Muro irá alcanzando el arranque de la actual calle de Cabrales, aunque posiblemente con menor latitud de la que presenta hoy en día.
Ya en el XVIII, el crecimiento meridional de la villa hace cada vez más necesaria su defensa oriental tanto de las grandes pleamares como de los daños y molestias causados por la arena. Para solucionarlo, a la par que se ejecutan las obras de renovación del puerto, se erige un tercer muro, el “paredón de San Lorenzo”. Levantado entre las décadas de 1760 y 1770 bajo la dirección de Manuel Reguera González, enlazó el inicio de las actuales calles Cabrales y Ezcurdia y facilitó la idea de Jovellanos de desarrollar un plan de ensanche al sur de Bajovilla.
Entre la n. º 3 y la Escalerona es aún visible la huella de una de las dos escaleras originales del paredón de San Lorenzo, resultado de rellenar su hueco con hormigón y contrastar éste con el color de la piedra original.
La estructura contaba con dos escaleras enrasadas localizadas a la altura de la actual rampa de la Pescadería y en su tramo medio, en los hoy jardines del Náutico; su tramo final adoptaba una forma curva similar a la del morro de un malecón portuario. Pero durante el siglo de la Ilustración, y bajo los auspicios de Jovellanos se mandó reparar el antiguo paredón desde la Peña de Santa Ana hasta donde hace frente a la capilla de los Valdés, y construir otro nuevo que arranque de este sitio hasta unir con el que acaba de hacerse cercando enteramente el mar por toda la parte oriental de la actual población”. Esta intervención da al Campo su traza definitiva y facilita notablemente el acceso al arenal con la construcción de la rampa de la Pescadería.
Rampa de San Lorenzo, Pescadería Municipal y Campo Valdés. |
Este paredón se afianza sobre el sustrato rocoso del Cerro. Se levantó con bloques de sillería de gran calidad, como aún puede apreciarse, y se remató con un murete continuo cuyo elemento más llamativo era una gran voluta labrada en un único bloque de arenisca. Ubicada en su arranque meridional, la pieza se mantuvo en ese lugar hasta la última reforma de la zona realizada en 1993. Es este el que podemos considerar como el cuarto tramo del Muro de San Lorenzo. Mariano Ramón Sánchez lo retrató con toda fidelidad, al hacer empleo de la cámara oscura, en la primera mitad del decenio de 1790. En su mayor parte ha llegado íntegro hasta nuestros días.
Rampa de San Lorenzo. |
Tiendas del aire.
Tras cuatro décadas de importantes avances, apenas si conocemos novedades en El Muro hasta casi un siglo después.
Realmente, hasta la segunda mitad del siglo XIX poco se les había perdido a los gijoneses en San Lorenzo, aparte del aprovechamiento de su arena con fines agrícolas y constructivos. De hecho, la ciudad dio la espalda a esta playa y a punto estuvo de arruinarla con agresivas iniciativas, como la construcción de un matadero adosado al muro dieciochesco, a la altura de la actual Escalerona, o de la cárcel del partido, en la zona de La Garita.
Sin embargo, a excepción del Campo Valdés, el tramo inicial del Muro tendrá pocas opciones de desempeñar el cometido de paseo ya que se aprovechó como solar la mayor parte del frente marítimo oriental de la villa, y además a ambos flancos del paredón, tanto sobre tierra firme como sobre la propia playa, con los balnearios Las Carolinas, La Favorita y La Sultana.
De ahí que el arenal, con marea baja, pase a ser la única opción de paseo y esparcimiento estival de la villa a partir del decenio de 1880 y que la construcción del Muro hacia el Piles conlleve la idea de abrir una amplia avenida litoral con paseo sobre la playa. Esta demanda se materializará finalmente en la década de 1910, no sin importantes esfuerzos del Municipio para domeñar la resistencia de muchos propietarios a perder parte de sus terrenos a favor del nuevo vial.
Frente a esta lucha de intereses será Miguel García de la Cruz, el mismo arquitecto municipal autor del trazado definitivo del Muro, quien aborde con brillantez y firmeza el proyecto para el tramo comprendido entre las casas de Veronda y el puente del Piles.
Esto obligó a formular distintos proyectos antes de acometer la obra. El primero data de otoño del año 1889. El segundo proyecto, obra de Mariano Medarde, se traza en 1893. Medarde redactará en 1897 un nuevo proyecto que prolonga el muro rectilíneamente a partir de la calle Eladio Carreño, mientras el extremo opuesto se remata en una curva muy acentuada hacia tierra. Será éste el antecedente más directo del proyecto finalmente ejecutado. Con él volvieron a chocar una vez más los intereses particulares: su trazado obligaba al derribo del balneario La Sultana y de las casas de Veronda, que estaban entonces recién edificadas.
Al año siguiente, en 1904, el ayudante de obras públicas Bonifacio G. Echevarria formula un nuevo proyecto. El documento, junto a los anteriores de Medarde, servirá a Miguel García de la Cruz para componer en 1905 el proyecto definitivo: un trazado intermedio a todos los propuestos hasta entonces. La construcción, de 1.179’46 metros de longitud, cuenta con un presupuesto inicial de 2.343.732’35 pesetas.
El acceso desde el casco urbano a la playa se soluciona emplazando una escalera frente a cada una de las calles que desembocan en la nueva avenida, a excepción del punto de arranque del nuevo muro –frente al hoy conocido como martillo de Capua–, donde se sitúa una escalinata aprovechando la diferencia de alineación entre el final del muro antiguo, más exterior, y el nuevo.
Martillo de Capua |
Martillo de Capua y Escalerona. |
El arquitecto del muro
Miguel García de la Cruz, nacido en Cimadevilla y arquitecto municipal de Gijón entre 1904 y 1932, ha sido el tracista con más influencia en la configuración del Muro.
Firmó el proyecto para su prolongación entre la calle Escurrida y el Piles, el del paseo y su mobiliario inicial y el de la avenida de Rufo Rendueles, así como el de la Pescadería y otros cuatro edificios frente a la playa, ya desaparecidos.
Miguel García de la Cruz |
En agosto de 1906, tras recibir nueva autorización estatal para la ocupación de los terrenos, se establece un plazo de ejecución de 18 meses. Nunca se cumpliría. En enero de 1907 se realiza una primera subasta de las obras con carácter doble, en Gijón y Madrid, que resulta desierta.
La adjudicación a Manuel Sánchez Dindurra llega en la segunda, celebrada en el mes de abril siguiente. Los trabajos se inician el 3 de junio.
Manuel Sanchez Dindurra |
En este momento comienza la construcción de los 526 metros de la primera fase, equivalentes a la distancia que separa el comienzo de las calles Ezcurdia y Premio Real, más las primeras seis escaleras.
El 21 de noviembre de 1913 el contratista notifica el fin de obra, aunque oficialmente no se dará por totalmente terminada hasta abril de 1915. En esta fecha se completa el enlace del muro con el nuevo puente sobre el Piles, se realiza la escalinata, proyectada el año anterior, emplazada frente a la calle Jovellanos y se remata la instalación de la balaustrada.
Antes de la Guerra Civil el mayor hito será la construcción, en el año 1933, de la Escalera Monumental de acceso a la playa de San Lorenzo, popularmente conocida como La Escalerona, obra del arquitecto José Avelino Díaz Omaña y ejecutada dentro de parámetros plenamente racionalistas, en sustitución de la escalinata del año 1915.
La Escalerona
Las casetas de la playa.
No se ven por muchas playas estas casetas, para vuestra información, en la playa de Gijón son típicas desde antaño, actualmente son muy coloridas y llamativas, al igual que en otras playas en las que hay una persona que se encarga de alquilar las tumbonas o sombrillas, aquí se alquilan las casetas, se utilizan para cambiarse de ropa o guardar cosas personales, la comida para pasar el día, etc., como veis son cuadradas y de colores básicos y fuertes con un lateral que es como una puerta que se abre hacia arriba, como si fuera una tienda de camping. En verano alegran la playa con su colorido, por la noche se cierran como un paraguas y listas para el día siguiente. No las ponen por toda la playa, sólo en la zona más pegada al río Piles que es donde menos sube la marea, a la altura de la escalera 14.
"Más de 100 casetas multicolor ya decoran la playa de San Lorenzo."
Lucen desde ayer en la escalera 14 de la playa. Son las mismas desde hace décadas, pero decenas de gijoneses no quisieron perderse ayer el montaje de estas tradicionales casetas, todo un símbolo de la llegada del verano a la ciudad. Unas 100 tiendas de tela multicolor ya están instaladas en la playa de San Lorenzo. Empezarán a utilizarse a partir del 15 de junio, pero el periodo para reservarlas ya está abierto.Las casetas permiten cambiarse o dormir una siesta a la sombra, a menos de 15 metros del mar. Alquilar una en verano (del 15 de junio al 15 de setiembre) cuesta 220 euros, más 95,3€ de tasa municipal. Para reservarlas hay que ir a la escalera 14 y hablar con el encargado, Manuel Díaz.
(Sacado de un artículo del periódico digital 20 Minutos).
Podemos considerar que las casetas de baños fueron el antecedente inmediato a la proliferación de los balnearios en el litoral marítimo, y así lo expone Roza (1995): En este período, ante la ausencia de establecimientos balnearios, fueron las casetas de baños los artefactos encargados de servir al bañista en su estancia en la playa. Las primeras noticias sobre la instalación de casetas de baños en Gijón datan de 1851.
Las casetas proliferaron durante esta década; de carácter público, pero también privado, su adjudicación se regía por las ordenanzas municipales, y oscilaban desde las 30 instaladas en 1853 hasta las 100 casetas registradas en 1874, tal y como recoge Roza. El mismo autor ofrece información sobre la caseta de baños instalada con motivo de la visita a la villa gijonesa que la reina Isabel II realizó en el verano de 1858: «...estas visitas reales, aunque escasas, daban cierto prestigio al veraneo gijonés; si bien suponían un importante gasto a la ciudad».
1924 |
Ya en la década de 1950 se abordó una completa remodelación del diseño del paseo bajo una perspectiva plenamente moderna. Atrás queda el concepto de bulevar decimonónico y se incorporan nuevos criterios más funcionales: aparcamientos, carril-bici, espacios polivalentes bajo pérgolas y jardines, manteniendo la balaustrada original y sus farolas como referencia a la tradición.
La década de 1960 supondrá el inicio de la progresiva degradación de este espacio. Durante este decenio y el siguiente, un Ayuntamiento con recursos limitados, buscará reducir gastos de mantenimiento a costa de desmantelar las farolas de la balaustrada, talar la línea de tamarindos o permitir el deterioro progresivo de las pérgolas y de la misma Escalerona.
En mayo de 1982 fueron demolidas las pérgolas del Muro
La recuperación integral del diseño histórico de la balaustrada y la línea arbolada de tamarindos, la ampliación de la zona de paseo y la supresión de la mayor parte de los pasos subterráneos se combinó con un diseño equilibrado y funcional del resto de elementos complementarios incorporados.
El espacio recuperó una imagen digna y de calidad.La última intervención reseñable, pero no por ello menos relevante, se produce en el año 2002: Miguel Díaz y Negrete dirige la rehabilitación integral del conjunto de la Escalerona, una operación que consigue devolverle plenamente sus cualidades originales. El frente urbano de Gijón que mira a la playa de San Lorenzo, un heterogéneo conjunto de edificaciones, se divide en tres tramos bien diferenciados, si atendemos a la cronología de su ejecución.
El espacio recuperó una imagen digna y de calidad.La última intervención reseñable, pero no por ello menos relevante, se produce en el año 2002: Miguel Díaz y Negrete dirige la rehabilitación integral del conjunto de la Escalerona, una operación que consigue devolverle plenamente sus cualidades originales. El frente urbano de Gijón que mira a la playa de San Lorenzo, un heterogéneo conjunto de edificaciones, se divide en tres tramos bien diferenciados, si atendemos a la cronología de su ejecución.
Papeleras de la playa, a juego con las casetas.
En el 2009 EMULSA desarrolla la campaña de reciclaje en playas con la instalación durante la temporada estival de más de 300 papeleras diseñadas específicamente y que permiten a los ciudadanos clasificar la basura para su reciclaje. Se trata de dos modelos de papeleras, uno con forma de caseta de playa para el arenal y escaleras de acceso de San Lorenzo y otro, tipo boya, para el resto de playas. Estas papeleras siguen el código de colores de los contenedores de reciclaje de calle.
7 comentarios:
Gracias Mou, me alegra que te guste, aún no está acabada la entrada, voy a ir añadiendo más información y algunas de tus fotos antiguas, cuando esté terminado ya te aviso para que lo veas. Voy a mirar las fotos de tu amigo.
Un saludo
Helenai*
Muy bien documentada, me ha gustado mucho.....besitos
Me alegra que te haya gustado Charo, un poco largo de leer pero si has tenido la paciencia de leerlo entero, te felicito...un besin
Pâra los que nacimos en Gijon creo que sta es la mejor playa que se puede uno encontrar.Por el mundo alante,se les llena la boca hablando de unas playas artificiales,pero como esta muy muy pocas.Apendi a nadar en ella.Gracias por este maravilloso ppc.ten por seguro que sera difundido dentro de mis pasibilidades a tope te repito MUY BUENO Y MUCHAS GRACIAS POR EL
Muchas gracias a ti Miguel Angel por tomarte el tiempo de pasar por el blog y sobre todo por dejar un comentario que es muy de agradecer, me alegra que te haya gustado, yo no nací en Gijón pero soy asturiana y amo esta ciudad, la adoro y siempre la llevo en mi corazón allá donde voy.
Un saludo
Helenai (xiloc), muchas gracias por compartir todo este trabajo en la red. He disfrutado mucho leyéndolo y lo tendré como referencia para futuras consultas.
Muchas gracias a vosotros familia por dedicar una parte de vuestro tiempo para visitar mi blog, me alegra que os haya gustado, gracias por el comentario, un saludo.
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Agradezco mucho vuestros comentarios, siempre es agradable saber que a alguien le interesa lo que publicas...