Las margaritas tienen - como se sabe - la prodigiosa facultad de responder a consultas amorosas.
El enamorado curioso debe apoderarse de una margarita cualquiera. Acto seguido, pensará en aquella persona cuya disposición deseare conocer. Luego, arrancará los pétalos de una flor uno a uno. A cada pétalo corresponderá un dictamen recitado en voz alta.
Me quiere mucho, para el primero; poquito, para el segundo; nada en el tercero. O lo que es lo mismo y más habitual, el típico "me quiere", "no me quiere".
El enamorado curioso debe apoderarse de una margarita cualquiera. Acto seguido, pensará en aquella persona cuya disposición deseare conocer. Luego, arrancará los pétalos de una flor uno a uno. A cada pétalo corresponderá un dictamen recitado en voz alta.
Me quiere mucho, para el primero; poquito, para el segundo; nada en el tercero. O lo que es lo mismo y más habitual, el típico "me quiere", "no me quiere".
Como curiosidad y para quien quiera profundizar en el tema, os dejo un par de enlaces, uno de donde he sacado el texto con el que empiezo la entrada, Por Alejandro Dolina y este otro: Estudio sobre las margaritas de Augusto Gayubas.
¡Pobre manojito de flores que un día
silenciosamente cambiamos los dos!
Sólo me han quedado las dos margaritas,
las dos margaritas del último adiós.
Con pesar deshojo sus pétalos blancos,
blancos como el alma de quien me las dio:
una me responde que sí, que me quiere;
la otra me confiesa que ya me olvidó.
Blancas margaritas
que hoy deshojo aquí,
digan que me quiere
que de nuevo un día
volverá por mí.
Blancas margaritas
que hoy recojo aquí,
díganme si, triste,
hoy también deshoja
las que yo le di.
Viendo deshojadas las dos margaritas
pienso que he destruido mi propia ilusión
y otra vez recojo los pétalos rotos
para acariciarlos en mi corazón.
Con voz misteriosa que sólo yo entiendo
mi corazón noble latiendo me habló:
me contó que un alma, llorando de ausencia,
sus dos margaritas también deshojó.
silenciosamente cambiamos los dos!
Sólo me han quedado las dos margaritas,
las dos margaritas del último adiós.
Con pesar deshojo sus pétalos blancos,
blancos como el alma de quien me las dio:
una me responde que sí, que me quiere;
la otra me confiesa que ya me olvidó.
Blancas margaritas
que hoy deshojo aquí,
digan que me quiere
que de nuevo un día
volverá por mí.
Blancas margaritas
que hoy recojo aquí,
díganme si, triste,
hoy también deshoja
las que yo le di.
Viendo deshojadas las dos margaritas
pienso que he destruido mi propia ilusión
y otra vez recojo los pétalos rotos
para acariciarlos en mi corazón.
Con voz misteriosa que sólo yo entiendo
mi corazón noble latiendo me habló:
me contó que un alma, llorando de ausencia,
sus dos margaritas también deshojó.
Tango 1929
Música: Juan Carlos Moreno González
Letra: Gabino Coria Peñaloza
Música: Juan Carlos Moreno González
Letra: Gabino Coria Peñaloza
Os dejo un vídeo de Nelly Omar cantando "Margaritas".
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