A San Sebastián, Donosti o también Sanse, como se le dice cariñosamente, se la conoce como la Bella Easo. A su bahía, en la antigüedad se la llamó Oiasso, de ahí la Bella Easo.
La Bella Easo
Llegué un verano a tus montes
y los míos añoraba,
que son áridos, no verdes,
pero también los que amaba.
Cuando te fui descubriendo
mi tristeza se alejaba
pues a cada paso mío
belleza me regalabas.
¡Que preciosa eres Donostia!
te llaman con razón La Bella Easo,
quedando en tu hechizo preso
el que solo iba de paso.
Llegué un verano a tus montes
y los míos añoraba,
que son áridos, no verdes,
pero también los que amaba.
Cuando te fui descubriendo
mi tristeza se alejaba
pues a cada paso mío
belleza me regalabas.
¡Que preciosa eres Donostia!
te llaman con razón La Bella Easo,
quedando en tu hechizo preso
el que solo iba de paso.
Desde El Igueldo una tarde
llené mis ojos de ti, hasta saciarlos,
para esos paisajes tuyos
nunca jamás olvidarlos.
Algunas veces en sueños
me recorro tu bahía
y me pregunto Donostia...
¿Volveré a verte algún día?
Fenicia
llené mis ojos de ti, hasta saciarlos,
para esos paisajes tuyos
nunca jamás olvidarlos.
Algunas veces en sueños
me recorro tu bahía
y me pregunto Donostia...
¿Volveré a verte algún día?
Fenicia
«Recogida de amor, y apurada, y pequeña,/ la mar venía a ti con bella violencia/ y era un brazo atrevido que te envolvía entera,/ te mataba adorando, te abrazaba indefensa (...) Esta ciudad estricta con su bello sistema../ y sus ampliaciones como un teorema./ Este plano perfecto de ciudad indefensa./ Esta ciudad reciente que beso y que me besa.»
Gabriel Celaya
1 comentario:
Hermosa poesía, agradable de leer para hacerse una idea de esta bella, limpia y acogedora capital. Muchas gracias por compartir
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